Elegancia, ternura y retórica de la pasión: estos tres elementos compensados consiguen que 'La distancia trazada entre dos cuerpos' sea maravilloso, lírico y literario.
Sin duda lo más atractivo es la retórica del cuerpo, ya que el erotismo utilizado por Ana Carril es fresco, sencillo y muy humano.
Elementos como los hilvanes, la piedra y el agua, la pintura y el mismo cuerpo de los amantes, trascienden y se convierten en símbolos de posibles historias amorosas, realzando el sentido y la expresión de lo escrito, fijando aún más la capacidad de recepción que ya de por sí el tema conlleva.